El 18 de septiembre se cumplieron seis meses del primer deceso a causa de la pandemia en México. Lejano parece el 28 de febrero del 2020, fecha en que la Secretaría de Salud confirmó el primer caso positivo de contagio por COVID-19 en un masculino que viajó previamente al norte de Italia. Días después, el 18 de marzo, la dependencia federal documentó el primer deceso de un paciente contagiado por el virus Sars-Cov2.
A partir de esa fecha, México ha registrado más de 70 mil personas muertas, alrededor de 700 mil contagios y más de 400 mil sobrevivientes a la enfermedad que ha puesto de cabeza a los sistemas financieros y de salud en el orbe.
Con datos oficiales, México se ubica en el tercer lugar a nivel mundial en muertes de pacientes con COVID-19, solo por debajo de Estados Unidos y Brasil; y en el octavo lugar por casos confirmados, detrás de Estados Unidos, Brasil, India, Rusia, Sudáfrica, Perú y Colombia.
El escenario pandémico ha generado un enorme boquete en el sistema económico del país, con una disminución de doble dígito en el Producto Interno Bruto, previsiones de un descenso de la economía que superará el 10% en el 2020 y la pérdida de 1.1 millones de empleos formales, de los cuales se han recuperado apenas alrededor del 15% en los meses de julio y agosto.
Estimaciones del Gobierno Federal apuntan a que la primera oleada de contagios continuará en México durante los meses de septiembre y octubre; al tiempo que la Organización Mundial de Salud estima que alcanzaremos la cifra de 100 mil personas muertas antes de que finalice el 2020.
La economía ha mantenido su proceso de apertura gradual, que en algunas entidades alcanza hasta el 85% de los sectores productivos. De ahí la importancia de reconocer que la batalla contra el COVID-19 ha pasado a un plano más personal, en el que las medidas sanitarias a nivel individual toman mayor relevancia para reducir el riesgo de contagio y muerte.
Lavarse las manos constantemente, usar cubrebocas y gel antibacterial, evitar aglomeraciones y atender a las indicaciones en tiendas departamentales, supermercados, centros laborales y transporte público; no son puramente señalamientos para evitar el contagio, se trata normas y conductas cooperativas y de relaciones humanas que en su amplitud permiten la modificación y adopción de conductas para favorecer a la sociedad desde lo individual. México ha sido ejemplo internacional por su solidaridad y altruismo ante escenarios adversos como terremotos, inundaciones y otras catástrofes; de ahí la importancia de visualizar a la pandemia como otra dura prueba en la que debemos asumir la parte que nos toca y aportar a nuestra comunidad la solidaridad y empatía para salir juntos adelante.